viernes, 15 de enero de 2010

POSTURAS SALUDABLES

"Sabemos que corregir la postura no es tan fácil. Para muchos estudiosos del tema no basta tener la intención. Por ejemplo, una persona que está tratando de mejorar la posición de espalda se mantendrá erguida en cuanto se acuerde o esté consciente de ello, pero una vez que sea distraído del movimiento o su mente se ocupe en otra cosa, muy probablemente volverá a su estado habitual.

"Con esto no quiero decir que ya todo está perdido, que si somos jorobados así nos quedamos para el resto de nuestras vidas ¡No! Afortunadamente existen muchas técnicas al respecto.

"John Dewey (1859-1952), quien fuera un filósofo y educador estadounidense y cuyas enseñanzas se basaron en el aprender haciendo, fue un gran estudioso e investigador de la postura corporal. En su vida coincidió con el famoso F. Matthias Alexander, creador de la conocidísima técnica Alexander, un método que ayuda a mejorar la postura, balance y coordinación.

"Quizá es por hoy, aunque no el único, uno de los más estudiados y serios. Más adelante les explico de qué se trata este método. Resulta que el buen John se hizo la pregunta ¿Si la solución a los problemas de postura está en relación a corregirla, por qué no es suficiente?

"Descubrió que mejorarla no iba directamente relacionada con una acción, sino que se tenía que mirar con cuidado hacia dentro de uno mismo y eliminar las causas por las cuales se adoptó. Estarán de acuerdo conmigo que es una forma de corregir la postura muy distinta, y no estamos hablando de sicoanálisis o algo así.

"Por ejemplo, si tu patrón postural tal como hombros caídos que se colapsan en tu pecho, hace que no respires bien, la técnica Alexander te ayudará a expandir tu torso de manera natural hasta llegar a su máxima talla; aprenderás a respirar mejor y tener mejor balance." PRINCIPIOS DE UNA POSTURA SALUDABLE Balance. Si no tenemos, nos caemos. Usamos nuestros músculos para mantenernos firmes cuando nos paramos, sentamos, dormimos o trabajamos. Nuestro cerebro integra información de estas tres fuentes: Los ojos. A qué nivel vemos.

Los oídos. El oído interno dice al cerebro dónde está nuestro oído en relación con otros.

Músculos y ligamentos. Basado en la información enviada de los músculos y ligamentos, el cerebro asume que estamos balanceados cuando sentimos igual fuerza en ambos lados del cuerpo.

Movimiento. Es más fácil caminar por 30 minutos que estar parados el mismo tiempo; cuando caminamos debemos balancear nuestro cuerpo.

Estamos parados cuando nuestro músculos para hacerlo funcionan. Los de cambio son los que usamos para pasar de una posición a otra, son dos clases de músculos que deberán trabajar juntos y para mantenernos balanceados en acción.

Postura, movimiento y balance depende de huesos, ligamentos, músculos y nervios. Los huesos soportan toda la estructura corporal y son conectados por las coyunturas.

Los dolores enseñan a moverse al cuerpo en forma diferente. Si algo lastima, adaptaremos el movimiento para que no suceda.

Los ligamentos trabajan en la dirección a donde son forzados. Músculos, son más fuertes los que se usan, los que no pierden fuerza. Nervios, desarrollan memoria, reforzando un patrón de acción.

El cuerpo se adapta a la postura y rango de acción. Con el tiempo, el estrés de una mala postura y movimiento da por resultado un desbalanceo y mal uso de las coyunturas; esto provoca un círculo vicioso que tiene como resultado mayor daño.

Detrás de esta información, la moraleja es la siguiente: una de las formas por las que podemos tener mejor postura es a través de procurarnos huesos, coyunturas, ligamentos y músculos en buen estado, fuertes, y que esta misma fuerza se observe de ambos lados del cuerpo.

La postura y el rango de acción del cuerpo dependen de la interdependencia de los músculos huesos y coyunturas. El cuerpo crea patrones de acción casi como si estuvieran escritos en una pieza de papel, similarmente los músculos, ligamentos y nervios cambian tanto como ellos se adaptan al movimiento de un patrón de movimiento, o sea que el cuerpo se adapta a las posturas y hábitos de movimiento que observemos.

Una mala postura crónica da como resultado malos hábitos para músculos y coyunturas, sobreuso de algunos, estrés en ligamentos y un pobre rango de acción.

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